Resiliencia en sanidad: estrategias digitales para sistemas sanitarios fuertes

La pandemia de COVID-19 ha desafiado a la atención sanitaria como nunca antes. En todo el mundo, los gobiernos, hospitales, clínicas y trabajadores de primera línea han tenido que hacer frente a presiones añadidas de seguimiento y localización de nuevas infecciones, tratamiento de pacientes con COVID-19 además de las tareas habituales, mantenimiento del flujo de suministros médicos, respeto de las medidas de distanciamiento social, etc., poniendo a prueba un sistema ya de por sí escaso de recursos.
A raíz de esta crisis, observadores de otras industrias han señalado que el equivalente a 10 años de innovación se ha producido en 10 meses1. Del mismo modo, el Director de Industrias de la Salud de PwC Singapur afirmó que la pandemia aceleró la llegada de lo que él denomina la Nueva Economía de la Salud - o el futuro de la asistencia sanitaria2.
Este futuro es rotundamente digital. En muchos países, las instituciones sanitarias están recurriendo a los servicios de telesalud, la terapéutica digital, el diagnóstico, la monitorización remota de pacientes y el análisis de datos para acortar la distancia entre el proveedor y el paciente, y ofrecer una atención sanitaria proactiva, personalizada y de mayor calidad3. Si algo nos ha demostrado la pandemia es el enorme potencial de las tecnologías digitales para ayudarnos a afrontar futuros retos.
Qué significa ser resistente
A medida que salimos de la crisis, ¿cómo podemos garantizar que la asistencia sanitaria se adapte al futuro? Es probable que vuelvan a surgir nuevos retos, y necesitamos sistemas que permitan a las instituciones sanitarias soportar estas perturbaciones y responder con rapidez y agilidad.
Para empezar, los países están empezando a responder creando una infraestructura digital común para acabar con los silos de datos y mejorar la toma de decisiones sanitarias. En los Países Bajos, la pandemia impulsó al gobierno a crear un portal nacional para el intercambio digital de historiales de pacientes COVID-19. En Alemania, 72 millones de ciudadanos obtuvieron a principios de este año el derecho legal a un historial nacional de paciente, y el país sigue impulsando un marco común de intercambio de datos sanitarios a escala de la Unión Europea (UE)4.
A nivel organizativo, las instituciones sanitarias también pueden aprovechar la innovación impulsada por COVID-19 duplicando las tecnologías de la comunicación, los servicios de telesalud, las capacidades de análisis de datos y la gestión de la cadena de suministro para dotar a sus operaciones de agilidad y resistencia.
Consejos para aumentar la resiliencia en la atención sanitaria
Mejora la conectividad y movilidad del personal
En épocas de catástrofes naturales, accidentes laborales o futuras pandemias, el personal de los hospitales y los trabajadores de primera línea necesitan mantenerse al día de los rápidos cambios de la situación sobre el terreno. Durante la pandemia de COVID-19, los equipos sanitarios tuvieron que lidiar constantemente con la evolución del número de casos, el cambio de medidas y normativas, etc.
Dotar a los profesionales sanitarios de ordenadores móviles que permitan la comunicación y la colaboración en tiempo real facilitará el flujo de información. Las pasarelas inteligentes a bordo de los vehículos también mejoran la comunicación entre las ambulancias y la torre de control, mejorando las decisiones de envío y la atención de primeros auxilios. De este modo, hospitales, clínicas y servicios ambulatorios pueden responder con rapidez y eficacia a las necesidades de la situación, mejorando los resultados de la asistencia sanitaria, especialmente en los momentos en que más se necesita.
Estos portátiles, tabletas u otros dispositivos deben venir equipados con seguridad de nivel empresarial y conectividad rápida para proteger los datos del hospital y de los pacientes, garantizando al mismo tiempo que la información urgente se envíe y reciba de forma puntual y fiable.
Invertir en servicios de telesalud
Un reciente informe de Frost & Sullivan señalaba que estamos viviendo "una expansión radical de la telesalud". En EE.UU., su tasa de crecimiento compuesto anual prevista pasó de poco más del 28% a casi el 40% de antes a después de la implantación de la COVID, mientras que se prevé que la monitorización remota de pacientes crezca un 150% sólo este año5.
Los servicios de telesalud forman parte integrante de la resiliencia sanitaria y la continuidad de las actividades. Hoy en día, los hospitales intentan minimizar los riesgos manteniendo alejados de sus instalaciones al personal no esencial y los casos no urgentes o vulnerables. Las innovadoras soluciones de teleasistencia para el diagnóstico y la asistencia a distancia acortan distancias y permiten a los hospitales ofrecer una asistencia continuada a través de canales digitales, sin perder el toque humano.
Redobla la apuesta por el análisis de datos
El primer paso para un análisis de datos eficaz es contar con un sistema sólido de recopilación y organización de datos. Las instituciones sanitarias tienen que determinar qué datos recopilar y cómo: por ejemplo, etiquetas RFID para seguir los movimientos de los pacientes, sensores para controlar la integridad de los sistemas de los edificios, un potente software para estar al tanto de las cirugías y los horarios.
El siguiente paso es dotar de inteligencia a estos sistemas. La inteligencia artificial y las tecnologías de aprendizaje automático avanzan a pasos agigantados cada día. Aplicados al sector sanitario, podrían acelerar los procesos de detección y asignar eficazmente a los pacientes los servicios necesarios, convertir los datos en información personalizada para mejorar la atención o prever catástrofes que desbordarán los recursos y suministros.
Desde el punto de vista de la resiliencia, el análisis de datos ayuda a las instituciones sanitarias a mantenerse al tanto de los cambios más mínimos del entorno, extrayendo información que les permitirá actuar a tiempo para hacer frente a todo tipo de problemas y desafíos. En el día a día, la analítica ayuda a liberar tiempo y recursos, y abre nuevas vías para una asistencia sanitaria a medida y de mayor calidad.
Reforzar la cadena de suministro
No se puede hablar de resiliencia sin hablar de las cadenas de suministro. La pandemia de COVID-19 supuso una carga visible para los recursos médicos de todo el mundo, ya que se disparó la demanda de mascarillas, equipos de protección individual (EPI) y otros equipos sanitarios. A medida que nos adentramos en la nueva normalidad, las instituciones médicas deben adaptar sus cadenas de suministro y colaborar donde haya lagunas para abordar urgentemente estos problemas.
Las instituciones sanitarias deberían plantearse invertir en capacidades digitales avanzadas. El objetivo principal debe ser ganar visibilidad en toda la cadena de suministro para adelantarse a futuras perturbaciones. Ahora también es el momento de impulsar la modelización de escenarios y planificar los retos imaginados del futuro, para crear una mayor agilidad y resistencia en las operaciones de la cadena de suministro.
Hacia un sistema sanitario preparado para el futuro
Muchos de los componentes básicos de un sistema sanitario resistente ya existen. El sector sanitario es rico en datos, y COVID-19 no ha hecho sino acelerar la adopción de capacidades digitales que se adaptan bien a los requisitos del futuro. Si se basan en una infraestructura digital básica sólida y en una seguridad robusta, las instituciones sanitarias estarán en buena posición para prestar servicios asistenciales eficientes, fiables y humanos tanto en tiempos de paz como en tiempos difíciles.
- CNBC, «10 años de innovación en 10 meses», afirma una entidad minorista
- EDB Singapur, El auge de la tecnología sanitaria en el Sudeste Asiático: Grandes avances y nuevas oportunidades para la atención médica
- PwC, El salto digital en la atención médica
- HealthcareITNews, La revolución europea de la salud digital tras la COVID-19
- Frost & Sullivan, Telesalud: un arma tecnológica en la lucha contra el coronavirus 2020